viernes, 23 de noviembre de 2012

Episodios Patagónicos, por Alejandro Aguado



Las piedras que caminan
Los antiguos tehuelches relataban casos de piedras que, voluntariosas, “caminaban” o se desplazaban por propia voluntad. Historias que fueron registradas por escrito y corroboradas por los viajeros occidentales que exploraron la región. Hay paisanos que aseguran conocer algunas de estas piedras andariegas que se revelaron a las leyes de la física y la geología. Estos ejemplares suelen despertar de su letargo cada cierto tiempo (meses, años, décadas), para desplazarse unos pocos metros. Se las encuentra mayormente en los lechos secos de lagunas o en planicies de mesetas. No se trata de seres malévolos o poseídos, simplemente son piedras que se mueven por sí mismas. Entre los lugareños, antes que temor despiertan una respetuosa curiosidad.  

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